Signos reveladores de la enfermedad del hígado graso en gatos y cómo tratarlos
La enfermedad del hígado graso es una afección grave que puede ser fatal para los felinos. Estos son los signos de la enfermedad y las formas de tratarla.
Signos reveladores de la enfermedad del hígado graso en gatos y cómo tratarlos
Los gatos tienen la reputación de ser quisquillosos con la comida, pero si su compañero evita la comida por completo, puede provocar una afección común pero grave conocida como enfermedad del hígado graso. Formalmente conocida como lipidosis hepática, esta enfermedad puede ser fatal si no se trata. Afortunadamente para los dueños de mascotas, reconocer y tratar los signos de esta enfermedad mortal puede conducir a un pronóstico positivo para la mayoría de las mascotas.
La enfermedad del hígado graso ocurre cuando un gato no recibe suficiente nutrición, lo que hace que su cuerpo mueva la grasa de sus reservas al hígado para convertirla en energía. Debido a que los cuerpos de los gatos no están diseñados para convertir grandes cantidades de grasa de esta manera, esto puede causar una acumulación de lípidos en el hígado, lo que provoca hinchazón y deterioro de la función. El hígado cumple muchas funciones en el cuerpo de su mascota, desde sintetizar proteínas y grasas hasta almacenar vitaminas, crear los líquidos necesarios para la digestión, reducir las toxinas en los compuestos químicos y producir hormonas. Con tantas funciones que desempeñar, no es de extrañar que una insuficiencia hepática pueda ser una afección potencialmente mortal para nuestras mascotas.
En la mayoría de los casos, la lipidosis hepática es un síntoma secundario de otra afección, como enfermedad inflamatoria intestinal, cáncer, pancreatitis o alguna otra enfermedad inflamatoria. Otras razones por las que los gatos pueden dejar de comer incluyen el estrés debido a la ansiedad por separación, el movimiento u otros eventos que alteran significativamente la vida. Las mascotas de cualquier edad pueden sufrir la enfermedad, aunque es más probable que afecte a los gatos de mediana edad y mayores, especialmente si tienen sobrepeso. La afección provoca complicaciones potencialmente mortales si no se controla, por lo que es importante reconocer y tratar los síntomas de la enfermedad del hígado graso lo antes posible. Además de la pérdida de peso, esté atento a un comportamiento cada vez más solitario, vómitos, diarrea, estreñimiento, pérdida de músculo, babeo y colapso físico, ya que son signos de que el hígado de su gato puede estar dañado. Si reconoce estos signos en su mascota, busque atención veterinaria de inmediato.
Su veterinario puede diagnosticar la enfermedad del hígado graso con un examen físico, análisis de sangre, muestra de tejido o ecografía. Si bien el pronóstico puede ser bueno para las mascotas tratadas por la afección, su compañero puede necesitar semanas o incluso meses de alimentación asistida y tratamiento de otras afecciones subyacentes para recuperarse. Los gatos a veces son hospitalizados y reciben medicamentos varias veces al día, y por lo general se requiere una sonda de alimentación para ayudar a Kitty a recuperarse por completo. Una vez en casa, los gatos deben estar en un lugar tranquilo y sin estrés en la casa.
Aunque no puede proteger a su mascota por completo de la enfermedad del hígado graso por completo, puede reducir su riesgo de desarrollar la afección ayudándolo a mantener un peso y una dieta saludables y reduciendo los factores estresantes en su entorno. Si su mascota necesita perder peso, asegúrese de reducir gradualmente sus porciones para evitar cualquier pérdida de peso repentina y extrema que pueda desencadenar la afección. Si se ha recuperado de la enfermedad del hígado graso, mantener un peso constante también puede ayudar a mantener saludable a su mascota.
Signos reveladores de la enfermedad del hígado graso en gatos y cómo tratarlos
Los gatos tienen la reputación de ser quisquillosos con la comida, pero si su compañero evita la comida por completo, puede provocar una afección común pero grave conocida como enfermedad del hígado graso. Formalmente conocida como lipidosis hepática, esta enfermedad puede ser fatal si no se trata. Afortunadamente para los dueños de mascotas, reconocer y tratar los signos de esta enfermedad mortal puede conducir a un pronóstico positivo para la mayoría de las mascotas.
La enfermedad del hígado graso ocurre cuando un gato no recibe suficiente nutrición, lo que hace que su cuerpo mueva la grasa de sus reservas al hígado para convertirla en energía. Debido a que los cuerpos de los gatos no están diseñados para convertir grandes cantidades de grasa de esta manera, esto puede causar una acumulación de lípidos en el hígado, lo que provoca hinchazón y deterioro de la función. El hígado cumple muchas funciones en el cuerpo de su mascota, desde sintetizar proteínas y grasas hasta almacenar vitaminas, crear los líquidos necesarios para la digestión, reducir las toxinas en los compuestos químicos y producir hormonas. Con tantas funciones que desempeñar, no es de extrañar que una insuficiencia hepática pueda ser una afección potencialmente mortal para nuestras mascotas.
En la mayoría de los casos, la lipidosis hepática es un síntoma secundario de otra afección, como enfermedad inflamatoria intestinal, cáncer, pancreatitis o alguna otra enfermedad inflamatoria. Otras razones por las que los gatos pueden dejar de comer incluyen el estrés debido a la ansiedad por separación, el movimiento u otros eventos que alteran significativamente la vida. Las mascotas de cualquier edad pueden sufrir la enfermedad, aunque es más probable que afecte a los gatos de mediana edad y mayores, especialmente si tienen sobrepeso. La afección provoca complicaciones potencialmente mortales si no se controla, por lo que es importante reconocer y tratar los síntomas de la enfermedad del hígado graso lo antes posible. Además de la pérdida de peso, esté atento a un comportamiento cada vez más solitario, vómitos, diarrea, estreñimiento, pérdida de músculo, babeo y colapso físico, ya que son signos de que el hígado de su gato puede estar dañado. Si reconoce estos signos en su mascota, busque atención veterinaria de inmediato.
Aunque no puede proteger a su mascota por completo de la enfermedad del hígado graso por completo, puede reducir su riesgo de desarrollar la afección ayudándolo a mantener un peso y una dieta saludables y reduciendo los factores estresantes en su entorno. Si su mascota necesita perder peso, asegúrese de reducir gradualmente sus porciones para evitar cualquier pérdida de peso repentina y extrema que pueda desencadenar la afección. Si se ha recuperado de la enfermedad del hígado graso, mantener un peso constante también puede ayudar a mantener saludable a su mascota.